Por Luis Medrano
Hoy somos todos uno, somos la raza humana, luchamos unidos, mas juntos que nunca por sobrevivir y a la ves somos solidaridad, vamos por los vulnerables, por los excluidos sociales, por los hijos del sol, de las estrellas y la luna, por los que esperan diariamente que llueva café, es tiempo de poner el ego en el armario y comenzar a ser protagonistas de la esperanza y la fe que muchas personas esperan que se conviertan en realidad logrando tener comidas y medicinas, es la hora de darle del pastel a los pobres del mundo, el entretenimiento siempre está presente sin importar el tipo de sacrificio, siempre llegamos con las manos de la esperanza repartiendo pan.
En el negocio del espectáculo llegó el momento de una industria todo terreno, más unificada, más poderosa, más humana, más dinámica, más ágil, más apasionante, más inteligente, con la fuerza de lo impactante y que a cada segundo evolucione al ritmo de la velocidad 5k, autosuficiente y sostenibles en el tiempo.
Es el momento de reinventarse a la velocidad de la luz, de una nave espacial que en su trayecto va descubriendo la Vía Láctea de la razón de ser de la música en cada aurora.
Inteligencia, habilidad, astucias, sabiduría, ir muchos kilómetros más allá de donde siempre estuvo detenida en el tiempo.
Seguirá siendo una industria de boletas, de tragos, de modas, la que pone a bailar, celebrar y cantar, la del maquillajes, peluqueros,
músicos, productores, promotores, la del mercadeo, de publicidad, de promoción, de premios, de galas para todos los gustos pero con un público más pensante y mucho más austero, muy exigente y que saldrá a busca una oferta realmente impresionante que se renueva, la gente regresará en busca de algo distinto y sensacional en sus colores rítmicos, prosas, versos, poesías y escenarios realmente impresionantes y electrizantes que lo conecten con su interior a tal punto que sientan el deseo de un regreso a la próxima cita o de un que no termine nunca porque dejo al público alucinado.
Así tiene que ser el entretenimiento del día después de la letal pandemia del coronavirus que nos tiene sumido en busca de Dios, de la fe y navegando en alta mar mientras también estamos en el vuelo de la esperanza de que esto termine ya.
La estrategia tiene que ser un solo botón que encienda todo, que le devuelva la vida a esos que sienten pasión y amor por los escenarios, por la actuación, por ejecutar un instrumento, encender una luz, poner a vibrar los sonidos y que las robóticas máquinas de luces que con su inteligencia de magnetismo crean un enigma de que nos traerá el próximo evento en un escenario lleno de pantallas y escenografías, mientras los modistos y los maquillistas y peluqueros entran en estado de shocks porque faltan minutos para abrir de nuevo el telón de los sueños, de las fantasías, de las metas al punto de convertirse en realidad, de un capítulo de una telenovela, de una serie, de una película, de una obra de teatro, de una sinfonía, de un festival de una estación de radio, de un canal de televisión, de todas las redes sociales y de la gran gala de los premios, del opening o del cierre del tour, de la próxima colaboración o del lanzamiento del primer corte musical o de la producción que por fin esta lista para salir al mercado.
Comenzar de nuevo no será difícil porque sin el entretenimiento no existe posibilidad de vida, somos la razón de ser del amor, de la felicidad, de la sonrisa, de poner a vibrar y embriagar las multitudes que cuando una estrella de alto nivel y carisma entra al escenario se olvidan de todo hasta de saber que se excitan, que estamos aquí, que somos la pasión que da salud extrasensorial, la que garantiza mantener viva las emociones, los besos, los abrazos, el apretón de manos, los amores y el romanticismo, el juntarnos entre familias y amigos para vivir una noche inolvidable, en en acción el reportero, el periodista de espectáculos, si ese critico acucioso, mientras el periódico espera la crónica y las fotos, la joven reportera del programa de entretenimiento que busca la entrevista de las primicias, de eso se trata de que somos una sola familia.
El Dj, el locutor, el animador, el programador, el presentador, el control, el camarógrafo, el fotógrafo, el director, el creativo, el equipo de producción y realización tienen que entrar en el nuevo mundo que comenzó a cambiarlo todo después de un antes y un universo humano más espiritual, más sencillez y más sensible, por esta lección que estamos viviendo con la pandemia del coronavirus.
Los gobiernos tienen que incluir en sus proyectos de auxilios solidarios a todo el sistema cultural folclórico, no debe ni puedes echar al olvido a los valores vernáculos, a los exponentes de la plataforma de la identidad nacional que es la razón de ser de cada país.
Cantantes, compositores, músicos, coristas, bailarines, técnicos, arreglistas, actores, maquillistas, peluqueros, modistas, tramoyistas, sonidistas, maestros de la música, directores de orquestas, los grupos típicos tradicionales, los ballets folclóricos, esos que sobreviven en el día día tienen que ser tomado en cuenta con URGENCIA.
Seria muy importante establecer una nómina basica colectiva tomando en cuenta la canasta familiar mensual por cantidad de personas que reciden con el empleado que de repente se acaba de quedar sin trabajo y sin los alimentos básicos.
En el caso de los artistas, grupos, orquestas, bailarines, musicos, técnicos, que laboran directamente con presentaciones artísticas y culturales por igual.
Sobre los actores su renglón basado en lo que laboran en el ministerio de cultura
Las orquestas tienen nóminas fijas pudiese ser el valor a tres presentaciones al mes como prestamos atravez de la banca solidaria y el estado en un momento en que desee pondría con esa agrupación realizar presentaciones y liberar del prestado al empleador.
Lo mismo con los dj, encargados de relaciones públicas, periodistas y locutores independientes y sin trabajo estable y los animadores.
Los compositores entrarían por igual en la banca solidaria y que la sociedad que lo agrupa se responsabilice.
Son ideas pero tienen carácter de urgencia porque ya a los entes del entretenimiento que son en un 90% de clases no estable en producción se le hace muy difícil mantener las necesidades y compromisos económicos mensuales.
Ojalá el gobierno entienda la situación
El autor es: Empresario artístico, con empresa de administración de actividades